El nombre lo dice todo, la cera se derrite y con las gotas de la cera líquida damos forma a una pieza, que luego será fundida en metal para convertirse en una joya.
El proceso de creación es muy sencillo, con un cautín (soldador de estaño) se derrite la cera y se van aplicando las gotas por capas, dándole forma al diseño deseado. Es necesario colocar varias capas hasta tener un grosor considerable para que al fundir no se estropeé la pieza.
La ventaja que nos da la cera en la joyería, es que con ella podemos hacer piezas bastante ligeras, de gran volumen y ahuecadas. Lo que significa que la cantidad de metal que se utilizará al fundir la pieza será muy poco. Y en el caso de cera por goteo, es todavía más versátil e inclusive se pueden hacer diseños más abiertos.
En los colgantes trabajé a partir de las piezas de vidrio de mar. Por sus formas sinuosas decidí hacerles un diseño inspirado en el movimiento del mar. También por aprovechar la versatilidad de la técnica de “derramar” la cera para darles un look acuoso a las piezas. Cuando se trabaja con la cera por goteo, sobre todo si el material en que trabajamos es irregular o poroso, es recomendable forrarlo con cinta adhesiva para trabajar con la cera derretida. Así al final podremos despegar con cuidado la cinta adhesiva sin dañar la cera ni perjudicar el material donde la trabajamos.
Al vidrio de forma romboidal, le coloqué la cera de tal manera que no cubriera por completo el vidrio. Sólo le coloqué en uno de sus lados, y hice unas “garras” para que lo sujetasen sin que se fuera a caer.
También hice otro colgante donde tomé 2 vidrios de formas triangulares y aproveché su forma geométrica para hacer un diseño de Iceberg. Este colgante en cera, lo trabajé en 2 partes por separado para que fuera más fácil la fundición. Esta es otra ventaja de la cera por goteo, que se pueden trabajar de manera independiente varias piezas de un mismo diseño para que al fundir el mental no se arruine la pieza.
Para los pasacadenas o reasas, las hice sobre un lapicero (1 para cada uno con distintos diseños). Luego de retirarla del lapicero, la soldé con el cautín sobre la cera de los vidrios.
A estos también los agarré de tal manera que el vidrio no podrá caer.
El resultado final, son 2 colgantes fundidos en latón que son casi completamente abiertas, para resaltar la textura rodada de los vidrios.
Mi experiencia con esta técnica fue relajante, me sentí como si estuviera moldeando una mini escultura. Definitivamente algo muy diferente al armado de joyería que es más metódico y preciso.